Actualización al 2021
La tuberculosis vertebral o también conocida como enfermedad de Pott es una afección infecciosa grave ocasionada por la migración de la bacteria Mycobacterium tuberculosis hacia la columna vertebral.
Esta infección comienza en la porción anterior del cuerpo vertebral, su propagación es lateral y hacia el disco intervertebral. A causa de la densa vascularidad de los huesos, puede provocar diseminación hacia otras vértebras. Cuando los cuerpos vertebrales y discos se destruyen, la alteración de los elementos espinales podría comprimir la médula espinal. Esto provoca síntomas y, en casos más graves, podría incluso llegar a causar paraplejia.
Las afecciones esqueléticas se dan en aproximadamente el 10% de los pacientes con tuberculosis extrapulmonar y es más frecuente en mujeres. Se estima que en el 50% de los casos afecta a la columna, principalmente en la zona dorsal y lumbar.
Los principales síntomas de tuberculosis vertebral son:
- Dolor lumbar.
- Rigidez.
- Espasmos musculares.
- Abscesos o deformidad.
- En casos más graves podría provocar paraplejia.
La tuberculosis es una infección causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Esta infección se contrae por diseminación linfohemática o por la propagación del foco pulmonar o gastrointestinal.
Los adultos mayores, pacientes inmunodeprimidos o malnutridos tienen más riesgo de contraer esta enfermedad.
En Chile se administra a los recién nacidos una vacuna (BGC), que tiene una eficacia moderada en reducir la enfermedad. Esta vacuna no evita contraer la bacteria, pero sí disminuye la posibilidad de progresión clínica.
El tratamiento principal para la tuberculosis vertebral consiste en la administración de antibióticos por dos meses en forma diaria y luego, por cinco a siete meses de manera bisemanal, para tratar la infección. El tratamiento es efectivo, sin embargo, podría presentar resistencia en pacientes que no siguen el tratamiento de forma correcta, en quienes consumen drogas o pacientes con VIH.
Cuando la enfermedad está en estadios avanzados, es necesario realizar cirugía para corregir deformaciones óseas, evitar complicaciones o paraplejias y para drenar abscesos secundarios.
La cirugía consiste en osteotomías (cortes en los huesos) y la instalación de fijaciones vertebrales para reponer los ejes normales de la columna vertebral.