Hematología

• Anemia: es la insuficiencia de glóbulos rojos -eritrocitos- sanos para transportar un adecuado nivel de oxígeno a los tejidos del cuerpo. Al tener un bajo nivel de eritrocitos, no llega suficiente oxígeno al cuerpo, lo que puede producir fatiga, cansancio, problemas cardiacos, entre otros.
• Trombocitopenia: el organismo cuenta con pocas plaquetas, por lo que se dificulta la coagulación de la sangre., pudiendo generarse moretones (equimosis) y riesgo de sangrado.
• Trombosis: se forma un coágulo en una o más venas del cuerpo, generalmente en las piernas y/o pulmón.
• Alteraciones de los glóbulos blancos: pueden ser por aumento o disminución de estos. Estas alteraciones pueden verse en contexto de otras enfermedades concomitantes (reumatológicas, infecciosas) o ser manifestación de patologías hematológicas malignas.
• Trastornos hemorragíparos: condiciones de salud hereditarias o adquiridas que se manifiestan en una tendencia a problemas de coagulación (sangrado), que son espontáneos o provocados por causas mínimas. Este trastorno no se puede atribuir a traumatismos ni tiene causas locales.

• Leucemia: la médula ósea produce una cantidad excesiva de glóbulos blancos disfuncionales (blastos), ya que su crecimiento se descontrola y puede desplazar a las células sanguíneas sanas de la médula ósea.
• Linfomas: tipo de cáncer del sistema linfático, el cual forma parte del sistema inmunitario, que ayuda a combatir infecciones y otras enfermedades. Los linfomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo donde se encuentre el tejido linfático, por ejemplo: ganglios linfáticos, bazo, médula ósea, timo, adenoides y amígdalas, y tracto digestivo.
• Mieloma múltiple: tipo de cáncer que afecta a la médula ósea, en donde habita un glóbulo blanco denominado “célula plasmática”. Estas células, que son sanas, ayudan a combatir las infecciones mediante la fabricación de anticuerpos que reconocen y atacan a los gérmenes. Sin embargo, en el mieloma múltiple, las células cancerosas pueden provocar complicaciones como infecciones frecuentes, problemas óseos, función renal disminuida y anemia.

Esta enfermedad es relativamente frecuente, ya que supone entre el 10 y 15% de todos los cánceres hematológicos (de la sangre).

El Servicio de Hematología entrega, entre otros, los siguientes tratamientos:

• Quimioterapia: se utilizan diversos medicamentos cuyo objetivo es destruir las células cancerígenas y controlar su crecimiento. Estos fármacos pueden usarse solo uno o una combinación de varios, de acuerdo al tipo de cáncer y la velocidad de crecimiento del tumor. Asimismo, la quimioterapia puede realizarse en conjunto con otros tratamientos oncológicos como cirugía y radioterapia, si corresponde.
• Anticuerpos monoclonales: estos medicamentos son proteínas artificiales, creadas a partir del clon de una célula híbrida. Estas actúan combatiendo selectivamente células tumorales específicas contra las cuales son dirigidas.
• Anticuerpos monoclonales conjugados: estos anticuerpos se combinan con un medicamento de quimioterapia y, al unirse al antígeno dirigido, suministra la quimioterapia en la célula tumoral.
• Inmunoterapia: administración de un fármaco que estimula el sistema inmune, para que así este último pueda atacar el cáncer. Su uso ha demostrado una alta eficacia en ciertos tipos de tumores, siendo a la vez, mucho mejor tolerada que la quimioterapia tradicional.