7 enfermedades asociadas a la obesidad que podrían mejorar con cirugía bariátrica
Más de 30% de los adultos y sobre el 40% de los niños chilenos son obesos, según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado este año. Estas cifras revelan que el país es el segundo de esta entidad con mayor sobrepeso, por detrás de Estados Unidos.
Tener muchos kilos de más no solo afecta la autoestima de las personas, sino también la salud, ya que la obesidad puede asociarse al desarrollo de varias patologías.
Según el Dr. Jorge León, cirujano digestivo del Programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, las enfermedades asociadas más comunes son: diabetes tipo 2, hígado graso, dislipidemia, síndrome de apnea del sueño, hipertensión arterial, problemas osteoarticulares e infertilidad. También algunos cánceres como de colon, páncreas, endometrio, ovario, tiroides, riñón e hígado.
Es importante que el paciente sea evaluado por un profesional para definir si algunas de estas enfermedades ya están presentes. De ser así, es fundamental realizar un tratamiento. La cirugía bariátrica es una de las opciones, ya que mejora y puede llegar a eliminar alguna de las patologías asociadas, lo que favorece considerablemente la calidad de vida de las personas”, señala el especialista.
Patologías asociadas a la obesidad
Diabetes tipo 2:
Enfermedad crónica en la cual hay un alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre, debido a que el cuerpo no produce o no usa bien la insulina, hormona que permite que la glucosa entre a las células para darles energía. El problema es que tener altos niveles de glucosa circulando, puede afectar el funcionamiento de varios órganos.
Hipertensión arterial:
Patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. Si no es tratada médicamente, desencadena complicaciones graves, como un infarto al miocardio o un ataque cerebrovascular.
Hígado graso:
Acumulación excesiva de grasa en las células del hígado, que produce inflamación no viral tipo hepatitis o fibrosis, pudiendo llegar a cirrosis. No produce síntomas, por lo que es considerada una enfermedad “silenciosa”.
Síndrome de apnea del sueño:
Trastorno en que la persona hace una o más pausas en la respiración durante el sueño, las que pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos. Como el sueño es de mala calidad, se siente cansancio y sueño durante el día. De no ser tratado, este síndrome aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial, infarto cardíaco, accidente cerebrovascular, arritmias o latidos irregulares del corazón. También aumenta las probabilidades de sufrir accidentes automovilísticos o de trabajo.
Problemas osteoarticulares:
El sistema musculoesquelético también se puede ver afectado y, dependiendo del grado de sobrepeso u obesidad, las secuelas serán más o menos importantes. Puede haber deformación de los huesos, lumbago, osteoartritis, trastorno de la marcha, osteoporosis, fibromialgia, entre otras.
Infertilidad:
La obesidad en mujeres presenta un mayor riesgo de menarquia precoz (primera menstruación), caracterizada por ciclos menstruales irregulares o hasta su ausencia. También es común que demoren más en conseguir un embarazo espontáneo o incluso pueden tener problemas de infertilidad, siendo esta tres veces superior que en la mujer con peso normal.
En los hombres la obesidad se ha relacionado con un empeoramiento de la calidad seminal y con un aumento del riesgo de infertilidad, independientemente del IMC de la pareja. La American Society for Reproductive Medicine (ASRM) indica que la obesidad masculina puede estar asociada a cambios en los niveles de testosterona y otras hormonas importantes para la reproducción.
Dislipidemia:
Presencia de anormalidades en la concentración de grasas en la sangre (colesterol, triglicéridos, colesterol HDL y LDL). Las causas más comunes son consumo excesivo de grasas, azúcares y alcohol, tener diabetes, hipertiroidismo, sobrepeso, consumir algunos medicamentos y ciertos aspectos hereditarios. Conlleva complicaciones como infartos cardíacos y cerebrales, además de pancreatitis. Un adulto con obesidad tiene cuatro veces mayor probabilidad de tener dislipidemia, en comparación con personas con un peso normal.
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