La médula ósea es un tejido suave y esponjoso que se encuentra en el centro de algunos huesos como la cadera y el esternón. En ella, se encuentran las células madre o progenitoras que tienen la capacidad de multiplicarse, dividirse y producir los diferentes tipos de células sanguíneas: glóbulos rojos, blancos, y plaquetas.
En ciertas situaciones en que enfermedades o tratamientos afectan el funcionamiento de la médula ósea y, por consiguiente, la producción de células sanguíneas, se puede considerar un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre.
Francisca Negrete, enfermera coordinadora de trasplante de médula ósea
Es un procedimiento en el cual se reemplazan las células progenitoras defectuosas por células sanas a un paciente con alteración en su producción o que requiere recibir altas dosis de quimioterapia por su diagnóstico.
Para poder infundir las células progenitoras es necesario recibir previamente quimioterapia y, dependiendo del diagnóstico, también podría recibir radioterapia.
Algunos de los diagnósticos que se podrían favorecer con el trasplante son:
El objetivo de este tipo de trasplante es permitir el uso de quimioterapia en altas dosis sin afectar la producción de células madre.
Luego de recibir quimioterapia intensiva (acondicionamiento), se reintroducen las células madre del propio paciente. Estas pueden ser recolectadas y luego criopreservadas (almacenadas a -180°C) para mantener su viabilidad durante años, o bien refrigeradas para uso a corto plazo. El tipo de células utilizadas dependerá de la fecha del trasplante.
Este tipo de trasplante implica la infusión de células madre provenientes de un donante, que puede ser un donante relacionado (familiar directo) o uno no relacionado. El proceso comienza buscando un donante familiar idéntico, es decir, 100% compatible, situación que se da en aproximadamente el 30% de los hermanos. Si no se encuentra un donante compatible, se amplía la búsqueda a la familia directa para encontrar un donante haploidéntico (mitad compatible), con un 75% de probabilidad de hallarlo dentro del grupo familiar directo. Otra opción es recurrir a un Donante No Relacionado (DNR) en bancos de donantes, como DKMS.
Para buscar donantes, es necesario realizar un estudio de histocompatibilidad, un análisis de sangre que determina el grado de compatibilidad entre dos personas.
Determina la elegibilidad para el trasplante, para lo cual se realizan diversos exámenes tanto al donante (en caso de trasplante alogénico) como al receptor. El médico del equipo de trasplante informará al paciente y su familia acerca de los beneficios, riesgos y efectos secundarios del procedimiento.
Se debe realizar una estimulación de la médula mediante fármacos para lograr obtener células madre. Este proceso puede durar alrededor de cinco días y se realiza en forma ambulatoria (tanto para el donante como para el paciente en el caso de un trasplante autólogo).
Se refiere a la extracción de las células madre después de haber recibido el proceso de movilización. El donante o paciente (en caso de trasplante autólogo) deberá permanecer conectado mediante un acceso venoso a una máquina de aféresis por 4 a 5 horas para extraer las células y retornar por otro acceso venoso el resto de los componentes sanguíneos.
Una vez que se ha programado el trasplante, se hospitalizará para recibir el acondicionamiento, que dependerá del diagnóstico y características propias del paciente.
Con el acondicionamiento se intenta erradicar células cancerígenas y, en el caso de los trasplantes alogénicos, se adiciona el de debilitar el sistema inmune para evitar el rechazo de las nuevas células que serán infundidas.
Las células son infundidas de forma similar a una transfusión sanguínea, en la habitación del paciente, requiriendo algunos medicamentos que variarán dependiendo del tipo de infusión (células criopreservadas o refrigeradas).
Posterior a la infusión de las células se presenta el periodo de aplasia medular, que es la baja del recuento de glóbulos rojos (anemia), glóbulos blancos (neutropenia) y plaquetas (plaquetopenia) producto del acondicionamiento recibido. En este periodo se pueden desarrollar complicaciones como infecciones (por la neutropenia), requiriendo exámenes y el uso de antibióticos. Se pueden presentar sangramientos (por la plaquetopenia), pudiendo necesitar transfusiones de estas. Además, se puede dar cansancio por la anemia, requiriendo de transfusiones de glóbulos rojos.
Este periodo se extenderá hasta que las células infundidas comiencen a multiplicarse y vuelvan a producir los elementos de la sangre. Dependiendo del tipo de trasplante, será el día en que se verá reflejado en el hemograma el inicio de la producción. En el trasplante autólogo, debiera ser alrededor de 12 a 15 días posteriores a la infusión; mientras que en el trasplante alogénico, entre 18 a 25 días.
El alta se programa una vez que el paciente presenta los siguientes criterios:
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